miércoles, 29 de julio de 2020

Libre

Como colofón a un día asqueroso. Me acaban de llamar para tirarme la bronca porque coloqué un comentario negativo sobre una clínica veterinaria. Solo fue mi valoración personal, al parecer me hicieron un trato de favor... trataron a mi gata como una Diosa... pero el hecho es que está muerta.
Comienzo. Me encontré una michi preciosa tirada en la carretera en el pueblo de Arona, estaba en los huesos y horrible. La llevé a un veterinario de la zona y les comenté que tenía una veterinaria de mi confianza y que por tanto me lo llevaba para que lo trataran allí. Me lo llevé a casa y noté que pasaba algo raro, tenía el vientre hinchado y estaba bastante caliente. Le salía un moco verdoso y no hacía más que estornudar. Bueno, la llevo a este veterinario de confianza, y me informan que tenía PIF y que no me encariñara demasiado, que no tenía muchas expectativas. Fue tarde, le habíamos cogido un cariño inmenso e íbamos todos los días a verla. Se les pidió pruebas que diagnosticaran que tenía PIF sin género de dudas, y si había posibilidades de que salvara, pues que para adelante, a tomar por culo el mundo. Mi amiga Merche me dijo, con bastante énfasis, que esta enfermedad era mortal y que le tenían que hacerle un prueba PCR para confirmar la existencia de coronavirus. Bueno, como la veterinaria me decía que no hacía falta porque todos los síntomas eran de PIF, lo que teníamos que hacer era ayudarla como pudieramos porque existía posibilidades de salvación, que la cuidáramos. Se le hicieron mil perrerías (con la pasta gansa que nos cobraba) y no mejoraba. Finalmente se le hicieron dos transfusiones, la primera de ellas no se pudo terminar porque el donante se puso nervioso, la segunda se la hicieron a la gata de mi padre, con lo estresada que estaba...

Y nuestra Fenix, que es como se llamaba nuestra gata, seguía sin mejorar. Les pedí que le hicieran de una vez la PCR y la puñetera bioquímica, que me daba igual, se hizo el PCR y me informaron que la bioquímica se la harían dos días después. Finalmente al ver las largas que me daban, decidí llevarmela a otro veterinario el cual confirmó el PIF sin PCR ni nada, dado que tenía un fallo multiorgánico, tras realizar la bioquímica y decidimos que el sacrificio humanitario era lo más correcto, no quedaba otra.

Una semana más tarde, después del sacrificio, llegó el resultado del PCR, no era PIF. Gata muerta y diagnóstico equivocado. Me pregunto qué habría pasado si le llegan a hacer el PCR en un primer momento...  nunca lo sabré.

Coloqué mi crítica negativa en Facebook, me sentía desesperada y decepcionada y no quería que a nadie le pasara lo que me había pasado a mi. Pues a todas estas, me llama mi prima enfadadísima y sin escucharme, me exige que no le pidiera ningún favor más, porque la veterniraria era su amiga y ella misma me había dicho que no tenía buen diagnóstico y que tenía que saberlo (ahora soy veterinaria). Pero vamos a ver, primero, nunca se me dijo que el PIF fuera mortal (salvo mi amiga Merche), segundo, se tardó más de tres semanas en dar el resultado del PCR y cuando finalmente se dio, la gata estaba muerta y  el resultado era negativo!!!. Y si me hubiesen dicho que el PIF es mortal no creen que habría decidido acabar con el sufrimiento de mi Fenix antes que darle la semana de agonía a la que fue sometida. Qué clase de ser humano creen que soy?!?!

Ahora mismo, hoy por hoy, me siento libre porque hice lo que creía correcto en todo momento, aunque me siento un poco atada por el hecho de compartir mi opinión y haber dañado la opinión que tiene de mi mi prima. En verdad, todavía estoy por ver cuándo me ha tenido en consideración ella... o ver que se preocupe, o me devuelva las llamadas sin tener que llamar a mi tia porque está desaparecida... JODER Hasta en Navidad me siento una extraña porque parece que todo se hace por compromiso. El compromiso se acabó.

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